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TROFEO PATÍN: ANULADA LA JORNADA 4

Tras el surazo que sopló en la jornada de ayer, la mañana del domingo amaneció soleada y con un viento suave del Norte, que fue aumentando su intensidad hasta alcanzar los 10 nudos a las 11 de la mañana; en estas condiciones 8 tripulaciones comenzaron aparejar sus “lagunejas” para tomar parte en la competición, no pudiéndolo hacer por falta de tripulantes el Atam y el Patagonia, echándose en falta a la tripulación del Candas.

La que sigue “missing” una vez más es el Snipe de la escuela del Club, para el que nadie es capaz de conseguir una tripulación para que regatee en el, eso a pesar de que en Laser tan solo navegan dos embarcaciones y el 29er tan solo lo hace una. Está claro que nadie se preocupa por el futuro de la Vela del Club, que desde luego no será el de los barcos voladores, siendo una pena que esto ocurra, ya que el conseguir que la vela ligera siga navegando, dentro de unos años, después del Optimist, de seguir por este camino, será inviable.

Tras más de 90 años de existencia del Club, las cifras de los practicantes en vela ligera son escasas, por no decir ridículas, ello a pesar de contar Santander con una magnifica bahía, y tener en nuestra ciudad las instalaciones de CEAR, además de la Isla de la Torre; a pesar de ello en las regatas de vela ligera la participación es parecida, sino más escasa, a la de hace 40 años. Siendo penoso el ver cómo tanto la “Duna” como la explanada se van convertido en un cementerio de barcos.

Con las condiciones reinantes en la mañana del domingo las tripulaciones comenzaron a dirigirse a la rampa de prácticos, que con la bajamar, y sin limpiar desde hace tiempo, era una autentica pista de patinaje, que nada tenía que envidiar a la de hielo que está instalada en la plaza Porticada, poniendo en riesgo a los deportistas que intentaban botar sus embarcaciones, teniendo estos que lidiar a continuación con la rocas de los aledaños a la misma, las que a más de uno dañaron a sus orzas.

En un principio el comité había fondeado en la cercanías de la bocana de Puerto Chico, pero a medida que el viento aumentaba su intensidad y rolaba al Norte, se desplazó a la zona de la entrada de la canal, fondeando fuera de ella, al norte de la misma; desde donde fondeo barlovento al 060º instalando un recorrido barlovento sotavento con tres vueltas debido a lo corto del recorrido.

El comité, tras arriar el aplazamiento que tenía izado, comenzó con el procedimiento, que fue valido a la primera, haciendo una salida prematura la tripulación del Larus, que enmendó inmediatamente su error.

La flota, a pesar de estar la marea subiendo apostó por el bordo de la derecha, que discurría por el centro de la canal; solo dos tripulaciones optaron por navegar con menos corriente por la izquierda.

Las diferencias de presión determinaron la ceñida, siendo los que navegaron por la canal los que contaron con más presión; barlovento fue para la tripulación del Patín, que en esta ocasión navegaba con Cristina, a escasos metros lo hacia la del Tolosa y Cía., detrás el Chiqui IV y el Güemes; tras ello el resto de la flota.

En la popa el viento fue aminando y cambiando de dirección, lo que propicio un gran vuelco en la clasificación y una complicadísima navegación, tan solo favorecida por la corriente entrante.

Tras montar la baliza de sotavento, el viento desapareció por completo, con lo que el comité suspendió la prueba.

Tras más de media hora de espera sin que el viento hiciese su aparición en la bahía santanderina el comité suspendió la jornada, con lo que los participantes volvieron a tierra, en donde tuvieron que luchar, y mucho, para conseguir subir sus embarcaciones por la rampa, en donde el verdín lo hacía casi imposible, siendo esta maniobra más complicada aun que la que fue la maniobra de botadura. Ya va siendo hora de que se ocupen de la limpieza de la rampa de puerto chico y de la retirada de las rocas que se encuentran junto a la misma, los deportistas que navegan en las escuelas de vela y el las regata de vela ligera se lo merecen.

 

J.F.M.J.O.