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GONZALO ARCE Y JUAN BEDÍA GANAN EL TROFEO SRECD

El Aldebarán, de Gonzalo Arce y Juan Bedia, con cuatro primeros puestos parciales, se proclaman vencedores del trofeo SRECD organizado por el Real Club Marítimo de Santander.

 

En el podio les han acompañado las tripulaciones del Leviathan, de los hermanos Pedro y Juan Nistal, y del Chiqui IV, de Chiqui García de Soto y Magdalena Pi.

 

Tras el parón del verano, la clase Snipe comenzaba la temporada de otoño con un  trofeo programado a dos jornadas y a cuatro pruebas, el SRECD,  evento para el que se habían inscrito 9 tripulaciones.

 

Durante la semana viento ha estado soplando  muy fuerte del Sur, rolando a lo largo de la misma al NW; sin embargo,  el sábado la bahía santanderina amaneció con viento del 078º, que desde primeras horas de la mañana  soplaba por encima de  los 14 nudos. En esta ocasión la bajamar era a las 16 06h, lo que no permitía montar el recorrido sobre los arenales del sur de la bahía, complicando al comité la colocación de la baliza del vértice para instalar un recorrido con dos vueltas, con el fin de eliminar la popa. Afortunaran el buen hacer de López y sus muchachos, consiguieron, con esfuerzo, salvar la situación. A la hora de la regata, el viento soplaba por encima de los 20 nudos, lo que ocasionó que no todos los  inscritos se hiciesen a la mar. La salida fue valida a la primera, con todos los participantes sobre la línea.

La dureza de las rachas que sobrepasaban los 22 nudos, complicaron la navegación a los participantes, destacándose, con gran dominio de la  embarcación, la tripulación del Aldebarán, que realizó el recorrido en solitario, terminando la prueba con ventaja. En la popa el Leviatán de los hermanos Nistal, en una fuerte racha que les entró, estuvieron  a punto de perder el mástil, afortunadamente todo quedó en un susto. Por su parte el Chiqui de Cesar Arrarte y Roberto Liaño, en la planeada del segundo largo adelantó al Chiqui IV de Chiqui García de Soto Y Magdalena Pi, posición que perdieron a volcar a pocos metros de la entrada. Tras un corto aplazamiento, se dio la salida a la segunda prueba del día, siendo válida a la primera, aunque en esta ocasion el Aldebarán hizo un fuera de línea,  que enmendó por dos veces, al no haberlo conseguido en el primer intento, quedando con ello rezagado del resto de la flota. Esto no fue impedimento para que en barlovento montase en cabeza, tras él lo hizo el Leviathan, al que seguían el Chiqui IV y el Chiqui. En la popa el viento se mantuvo entre los 18 y 21 nudos, formándose una ola muy incómoda como consecuencia del contraste del viento con la marea, que iban en dirección contraria, lo que por otra parte proporcionaron espectaculares planeadas. Nuevamente el Aldebarán se distancio de sus perseguidores, cortando la línea de entrada con gran ventaja, segundo término el Leviathan, tercero el Chiqui IV, y cuarto el Chiqui.

 

 

En la  jornada final del evento, celebrada el domingo, la bajamar era a las 17 21H, lo que permitía instalar el recorrido sobre los arenales  del sur de la bahía, en donde el  Comité, comandado por José López y su Equipo, montaron un magnifico triángulo, con el vértice al 060º de la baliza de barlovento,  lo que permitía   a los participantes  evitar los riesgos de la largada del  tangón; permitiéndoles disfrutar de magnificas planeadas con los más de 23 nudos del Este que soplaban en estos  tramos del recorrido. En esta tirada han tomado parte 6 tripulaciones, la de ChIflete, de Jesús Corona y Fermín Viota, que estrenaban un nuevo Snipe en este evento, y la del Rayo, de Andrei Smintina y Hermenegildo Alonso, que se han incorporado en esta tirada a  la flota Snipe santanderina. Las condiciones meteorológicas que ha reinado en la tirada final del evento han sido magnificas; el viento del Leste ha soplado entre los 15 y los 22 nudos, lo que ha obligado a las tripulaciones a esforzarse al máximo en las ceñidas, pero les ha permitido disfrutar enormemente en la rumbos abiertos en el magnífico recorrido instalado por López y su Equipo. La salida de la primera prueba fue valida, con todos los participantes sobre la línea; en la navegación del primer tramo del recorrido la flota se dividió en dos grupos, llegando ambos  muy juntos a barlovento, montado en cabeza el Aldebarán, seguido del Leviathan, del Chiqui IV, del Chiqui y del Chiflete, retirándose en el tramo la tripulación del Rayo. En el primer largo, la superioridad  del Aldebarán fue total, distanciándose de la flota; navegando muy juntos  en este tramo el Leviathan, el ChiquiV y el Chiqui; algo más retrasado lo hizo  el Chiflte. La trabuchada, a pesar de las rachas que entraban en el vértice, no supuso ningún problema para los participantes. En el segundo largo, el Chiqui IV se emparejo con el Leviathan, mientras que el Chiqui, que había largado el tangón, se les echo encima, momento que aprovechó el Chiqui IV para conseguir el interior en sotavento;  tras el montó  el Chiqui y el Leviathan, todos muy juntos, haciendo a continuación  el Chifete. En la segunda ceñida el Aldebarán aumentó su ventaja, mientras que el Chiqui IV consiguió controlar al Leviathan y al Chiqui. En el segundo largo el Aldebarán, con sus planeadas se destacó aún mas de la flota, mientras que el Chiqui IV se distanciaba del Leviathan y del Chiqui; pero una volcada en el vértice, ante la imposibilidad de adrizar la embarcación tras más de 20 minutos de intentarlo, y ya con importante riesgo de su integridad,  le obligó a solicitar ayuda al salvamento, que acudió, inmediatamente,  y con gran habilidad y esfuerzo su único tripulante y patrón de la embarcación, consiguió subir a la zodiac a una persona de 75 años con 92 kilos de peso, más el de la ropa mojada; pudiéndose adrizar el Snipe por medio de un cabo amarrado al Snipe y a la zodiac, y, a la habilidad del patrón de la misma.  El Leviathan entró segundo, el Chiqui fue  tercero y el Chiflete cuarto; se retiraron el Rayo y el Chiqui IV. Tras un corto aplazamiento para modificar las posiciones de la balizas por la rolada del viento, el comité comenzó con el procediendo para la última prueba del  campeonato, siendo válida la salida a la primera; eligiendo  la mayor parte de la flota  el bordo de estribor, mientras que el Chiqui IV y el Chiflete navegaron por el de babor. A barlovento llegaron todos muy juntos, montando primero el Aldebarán, seguido del Cique, del Leviatán, y del Chqui IV,  que lo hicieron en un pañuelo; más retrasado la tomó  el Chiflete

En el largo, el Aldebarán se distanció del grupo, siendo el Chiqui el que se colocó en la segunda posición al paso por el vértice, montando a continuación el Chiqui IV, el Levithan  y el Chiflete. En el segundo largo el Leviathan se impuso al Chiqui IV, manteniéndose las demás posiciones. Durante el resto de la prueba, la  lucha se centró, en su pugna por la segunda plaza, entre el Chiqui y el Leviathan que navegaron muy juntos,   siendo esta finalmente para el Leviathan.

 

El evento estaba programado para ocho clase de Vela ligera que navegan hoy  en Santander, de las cuales tan solo han podido participar tres, al no tener las otras 5 el cuórum obligado en el Anuncio de Regatas; siendo extraño que ninguno de los navegantes de las escuelas de Vela de CEAR, ni de la Federación Cántabra de Vela hayan tomado parte en el mismo. Aun no están muy lejanos  los días en que en Santander solo había tres clase de Vela Ligera, los Optimist, ( en la que los niños aprendida a amar este deporte, sin ser presionados para que fueran campeones, eso vendría en otras clase después), los Cadetes y los Snipe, siendo esta flota la más puntera del país a nivel Juvenil, los que dominaron los Campeonatos de Europa Junior durante 10 años, y de donde salieron los mejores navegantes que hoy navegan en el RCMS y la mayor parte de los olímpicos Santanderinos; estos son hechos incuestionables que habría que tener en cuenta, y no, los cantos que como las sirenas hicieron a Ulises, susurrarles  los jóvenes navegantes el ser olímpicos desde el Optimist. Está claro que la máxima de “divide y vencerás”, que se practica en este deporte es una perdición para el mismo, pero máxime para una ciudad tan pequeña como es Santander. Por otra parte, una vez más ha sido cesado el Director de la Escuela de Vela;  siendo con él, el  cuarto Director cesado de la misma desde que la Escuela de Vela comenzó  su andadura en el RCMS  en 2008, de la que pocos, por no decir casi ninguno, de sus alumnos siguen hoy navegando en Vela ligera 

 

J.F.M.J.O