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EN BUSCA DE NUEVOS VIENTOS PARA EL SNIPE


FARO DE VIGO 

Lunes, 28 de diciembre de 2020

 

Texto de: Armando Alvarez


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El Campeonato Sur de Europa de Snipe será una de las grandes citas en el calendario deportivo vigués en 2021 si la pandemia lo consiente. Una cita de nombre largo y masiva concurrencia, que el Real Club Náutico organiza por interés y sentimiento. Suya fue la primera flota española, hace ya ochenta años, y tradicionalmente ha contado con grandes campeones entre sus socios, aunque la clase había languidecido durante las dos últimas décadas.

A resucitarla se están dedicando muchos en la entidad. El Europeo puede suponer el impulso definitivo al barco que más cariño despierta por su coste asequible, su universalidad en edades y sus facilidades técnicas. Fue en 1931 cuando el estadounidense William F. Crosby construyó el primer modelo de snipe. Justo diez años después se creaba en el Náutico la primera flota española de la clase. El Náutico había querido anticiparse al 80º aniversario organizando en 2020 la Copa de España-Memorial Cholo Armada en marzo y el Europeo Sur en junio. Ambas citas se tuvieron que anular a causa de la pandemia. Sí se pudo disputar el Campeonato de España en octubre.

 

Quedó en el aire qué sucedía con el Europeo 2021. Scira, la organización mundial que rige el snipe, reprogramó todos sus grandes eventos para 2021, pero abrió la organización del Europeo Sur a otros candidatos. La Societá Vela Oscar Cosulich (Gorizia, Italia) se postuló. Finalmente los dos clubes alcanzaron un acuerdo y los trasalpinos aceptaron optar al de 2022. En noviembre, el secretario general para Europa de la Scira, el finlandés Reino Suonsilta, confirmaba que el Náutico organizará el Europeo Sur de 2021 entre el 6 y el 8 de agosto.

El Europeo Sur se disputa desde 1969. Reúne a todas las flotas del continente salvo las de Dinamarca, Islandia, Noruega, Suecia, Finlandia, Polonia y Rusia. Los responsables del Náutico, si para entonces las restricciones lo permiten, calculan alcanzar los 200 participantes.

“Cuando estudiamos la posibilidad de traer alguna regata de snipe para Vigo, estuve viendo el Mundial”, explica Ricardo Salgado, capitán de la clase en el Náutico. “Pero desgraciadamente son de clasificación cerrada, no puede ir cualquier persona. Quizás no nos iba a dar tanta repercusión como un Europeo Sur. Es un trofeo privado donado por la familia italiana Michel –el Trofeo Perpetuo Sergio Michel–. Atrae a más gente que un Europeo Absoluto por la nostalgia de este premio”. “Al snipe le llaman el barco de los viejos y no es así”, comenta Salgado. “La gente añora este tipo de regatas. No quiero decir que no pueda haber flotas de juveniles. De hecho, el año que viene queremos organizar unas jornadas para los chavales. Ya hicimos un previo este año, antes del Campeonato de España. Lo vamos a volver a hacer.

Los juveniles, por cierto, navegan muy bien”.

 

 

El Náutico presume de su condición de pionero de la modalidad a nivel peninsular.

“Somos la flota número 1 de España y la 136 del mundo. Eso hay que conservarlo”, comenta Salgado, que es de los que se están esforzando por lograrlo. “Cuando llegué yo, hace cuatro años, quedaban un par de snipes. Poco a poco estamos recuperando números. Nada que ver con lo que había antes, desde luego, pero con tiempo creo que lo lograremos”.

El Náutico alcanza actualmente la quincena de unidades. Todavía pocas en comparación con el bullicio de antaño, especialmente en los años ochenta.

Salgado aventura sobre el declive: “Otras embarcaciones se pusieron más de moda. El snipe nunca ha dado mucho juego a nivel profesional. Te comprabas uno y era para toda la vida. La clase murió un poco, pero se está recuperando.

La gente que navega en otros barcos se ha dado cuenta de que puede seguir en snipe a todas las edades. Ya hemos llevado a algún chaval de 15 años al Campeonato de España. Y hace un año y pico subió a un snipe José Luis Freire con más de 80 años a sus espaldas”.

Tato Alonso, Javier Rasilla, Javier Santander o Patricio de Haz son algunos de los últimos grandes regatistas que produjo el Náutico, a caballo entre la época gloriosa y la de declive. “Esta clase nos permitió participar en regatas por toda España y por supuesto en Portugal. La relación con nuestros vecinos era muy estrecha”, indica Tato Alonso.

Para Patricio de Haz, “este Europeo Sur de 2021 debería suponer un empujón a la clase, después de varios años apagada y que ha sido relanzada por el actual capitán de la flota, Ricardo Salgado, y el club. Puede ser un aliciente para los que de alguna manera estuvieron ligados antes”.

Javier Rasilla asegura: “Yo he tenido la suerte de regatear con patrones fantásticos, empezando por mi padre. Y he de confesar que el snipe engancha. Soy un enamorado”.

 

Javier Santander completa: “Haber sido snipista durante 20 años es de lo mejor que me ha pasado en la vida. La organización del Europeo, además de una gran decisión que debe ser apoyada por todos los estamentos, es hasta una obligación que se debe a una clase en la que tantos triunfos se han obtenido”.

 

Colosos del mar y barcos míticos

 

Julio Rasilla, que se había iniciado en dornas en su Vilagarcía natal, se compró su primer snipe por 10.000 pesetas. Profesional del sector de la pesca, se mudó con toda la familia a Chile y vivió allí entre 1978 y 1982. “Dejó de navegar en esa época”, revela su hijo Javier. De las primeras cosas que hizo al regresar a Vigo fue acercarse al Náutico. Cuando entró en casa tras la visita, su mujer lo percibió apenado.

– Vengo del Náutico –le reveló.

– ¿Por qué no te compras un barco?

–le propuso y casi consintió su mujer, comprendiendo su nostalgia.

“Al día siguiente ya tenía uno. Enseguida se enganchó de nuevo y ahí empecé yo con él, en 1984, cuando yo tenía 12 años. Y durante 36 años mi padre estuvo navegando en snipe”, resume Javier.

El snipe, ya que clase de permanencia histórica en el Real Club Náutico de Vigo, surca la memoria además de las aguas de la ría. Actúa como álbum de fotos, catálogo de recuerdos y herencia de afectos.

Los que lo dominaron en su etapa álgida, especialmente en los años ochenta, se mencionan ahora como gigantes. Entre ellos, el propio Julio Rasilla. “Mi padre era uno de los maestros de aquella época.

Prácticamente todo el mundo en Vigo empezó a navegar con él porque se iba al Náutico y buscaba algún chaval para salir; se montaba con quien fuese.Pasaron los años y se fue haciendo amigo de todos los nuevos regatistas de la clase. A todos les fue inculcando el espíritu del snipe y así década tras década, durante casi medio siglo”, narra Javier. “Pese a ser un gran navegante, sobre todo con vientos flojos, no consiguió ningún título relevante peleando con sus coetáneos, Fernando Massó, Cholo Armada o Félix Gancedo”.

Julio Rasilla sí acabaría subiendo a los podios en la categoría master, con tres títulos de España y uno de Europa, junto a tripulantes como Cuco García Tizón, Arturo Estévez y Martín Bermúdez. Su hijo detalla: “Hizo su último regata de snipe con 77 años, junto a sus nietos en su “Supimpa”. Fue solo un mes antes de que la enfermedad que se lo acabaría llevando diese la cara”.

Cholo Armada también se erige como referencia ineludible. “Era una clase especial para mi padre”, reconoce Eduardo Armada. “A nosotros también nos toca de cerca, especialmente a mí porque navegué con él bastantes años, aunque ahora hace tiempo que no me subo a un barco”.

Reconoce la añoranza aunque acota: “En verano, cuando hace buen tiempo. En los años ochenta había mucha actividad. Decayó bastante.

El otro día me hablaron de este Europeo., que traerá a mucha gente.

Me parece una idea atractiva y seguramente ayudará a revitalizar tanto la clase como el club”.

Javier Santander llegó a ser quinto de España y siete veces campeón gallego.

“En los años ochenta fue el culmen, cuando más gente salía a navegar”, rememora.

 

“En esta clase navegaban figuras de la vela gallega como Massó, Armada, Tibu Freire, Cervera, Rasilla, Romero, Arbones... Tenían a nuestra flota como la número uno nacional. Nuestra generación fue la que los siguió. Les teníamos un gran respeto. Venían de toda España a regatear a Vigo porque era la cuna del snipe. Contábamos además con el mejor constructor de los snipe de madera, aquellos míticos fabricados por Alfredo Lagos que codiciaba todo el mundo. Navegar en snipe era lo máximo y la mayoría de los gandes regatistas olímpicos y de vela pesada que hemos tenido en Galicia se han formado técnicamente en esta clase”.